Odiar la mañana y los relojes
con relaciones verbales no adiestradas
donde la palabra agua
puede ser verde o lluvia,
incluso flor,
o alguna palabra compacta,
cómoda.
Muchos circulamos
sin identidad alguna
atados a pequeñas asociaciones:
pueblo - casa,
azul - color,
cabeza - redonda,
donde el tiempo esta al acecho
con acostumbrados símbolos de tinieblas
usados como expresiones motrices,
aliados siempre a esa oscuridad primera,
hija de respuestas defectuosas...
la unica emoción
que se deja sentir
tras esos pasos
emana del deseo
de no dejarse descubrir.
AOC ® 2018
Gráfica: Malika Favre // Sara Herranz
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