La guerra
de los inocentes
la gana el ciego inamovible
que sostiene su estado
como totem,
como la única figura válida
de ese cielo
que se cae a pedazos.
Nadie puede hablar
de una fácil travesía,
habitando ese rincón satisfecho.
y pienso:
y pienso:
que bien me quedan
esos lejanos horizontes
donde me pierdo.
El viento
borra los rios de la memoria,
de cada una de las bajadas al infierno
y nos despacha a la sima profunda
y nos despacha a la sima profunda
forrados en esa gruesa coraza
de lágrimas.
Inmóvil
como roca de nubes
espero
en pleno solsticio de verano
que el sol
no me haga sombra...
AOC. © . 2017
Gráfica: via Always Judging // Aaron Draper
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